(Casi) Desde su altura (+Fotos)

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(Publicado orginalmente en Soy Cuba)

Muchas horas después, uno quedaba exangüe sobre la yerba rasa. Al frente, el Caribe se comía las rocas entre las pinceladas malvas del atardecer. Los pies palpitantes de sudor entre las botas reacias a liberarlos; las medias, enchumbadas entre la linfa anaranjada y viscosa de las ampollas y la sequedad cauterizante del fango. Uno solo podía tenderse de espaldas sobre el suelo, rendir cada músculo del cuerpo, fantasear con las mismas nubes escasas que en breve había acariciado con los dedos, entregarse al éxtasis ebrio de la fatiga total.
Por un tiempo, el cuerpo y el monte ya se habían hermanado en una entidad inseparable. El rocío mañanero perturbaba los palos que habríamos de buscar secos y rectos, como un tercer pie, si queríamos llegar a la cima. La ansiedad de semanas, de cientos de kilómetros austeros de ferrocarril, de la carretera que coquetea cuatro horas seguidas con el mar, en breves minutos se convirtió en el suplicio físico del corazón queriendo escaparse del pecho, de los pulmones queriendo elevarse y traerle todo el aire de las montañas a las piernas henchidas. Seguir leyendo (Casi) Desde su altura (+Fotos)

La sabiduría de la naturaleza y el equilibrio ecológico

Cambio Climático

Escrito por José Miguel Garofalo (Especial para La Letra Incómoda)

Un esquimal trasladado a Egipto apenas podría sobrevivir a causa del contraste brusco de temperatura. Cruzando por el canal de Suez, se me ocurrió al terminar mi guardia en el barco “Bolívar”, con aire acondicionado, salir al exterior y me pareció entrar a la boca del infierno. Había más de 50 grados C de temperatura. Por el contrario, un hombre del Ecuador mal abrigado moriría bien pronto de hipotermia.

Las hormigas tienen la capacidad de no perder el rumbo en su trajín de conseguir alimentos. Las abejas obreras nunca marcan tarde su reloj y dominan su trabajo de obtener polen en cada flor; no maltratan a su benefactora, liban y siguen. Los humanos le sacamos toda la leche a la vaca, incluso si se seca la ubre matamos la res y disponemos de su carne. Es conocido que si el león no tiene hambre es pacifico no ataca a otros animales ni personas. Seguir leyendo La sabiduría de la naturaleza y el equilibrio ecológico

Nicolás contra Guillén: el poeta vs el funcionario en El Gran Zoo

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El lector, al beber un cuaderno de versos, dilucida dónde se deslinda lo artificioso de lo natural. El curioso disecciona cada línea, la vira al reverso, trata de acariciar las costuras que entretejen una estrofa con otra; y en ese andar y desandar, en ese ver y rever, es donde el escudriño revela cuándo las palabras le salieron al autor por los poros, y cuándo el autor se las exprimió de la garganta. El poemario El Gran Zoo (Nicolás Guillén, 1967), se ubica en uno de esos puntos intermedios entre la inspiración netamente sensitiva y la lírica racionalizada.
Cuando parecía que el Poeta Nacional agotaba su universo creativo, cuando se avizoraba la asfixia de sus versos entre los rezagos negristas y la pujante literatura política, irrumpió en el escenario cultural cubano El Gran Zoo, un poemario fresco, lúdico, con los bríos juveniles de una poesía salvaje, crespa, conversacional. Seguir leyendo Nicolás contra Guillén: el poeta vs el funcionario en El Gran Zoo

Fallece otro colaborador cubano en África (+ Nota Oficial)

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Una nueva muerte entristece a los cubanos: otro colaborador de la salud en África falleció víctima del paludismo. Hasta ahora, solo han caído dos hijos de Cuba intentando frenar la epidemia del Ébola… y han muerto por la puñalada rastrera del imprevisto. Desde aquí, quienes más le temíamos al contagioso Ébola hemos aprendido una lección: el mayor problema de África, por mucho, no es este brote contagioso que provoca pavor, sino la realidad cotidiana del abandono social, que provoca que enfermedades como el paludismo sean tan corrientes. No nos queda más alternativa que sentir orgullo de los nuestros, sufrir por los que no volverán, y prestarle la mayor ayuda posible al continente que fue la cuna de la humanidad. Seguir leyendo Fallece otro colaborador cubano en África (+ Nota Oficial)

Si un bolero te entristece la mirada…

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Si un bolero te entristece la mirada, escúchalo y no lo quites. Si te susurra al oído una historia conocida, si te hace pensar o arrepentirte, si te baña de nostalgia o de ansiedad, no lo quites y termina de escucharlo.
No importa si luego finges que nada ha sucedido, si retomas el pulso ajetreado de la vida sin mirar atrás, si se te hielan las piernas de pronto, no importa, hagas lo que hagas, termina de escucharlo.
Si entonces te observan, no guardes la cara entre las manos: levanta los ojos. Levanta los ojos y no temas sonrojarte; porque si un bolero te susurra en el oído y te entristece la mirada, ya es muy tarde para huir de él; ya no vale lo que hagas: si un bolero te entristece la mirada, por favor, no lo quites y termina de escucharlo…

La mujer que fuiste y el hombre que seré

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«Staircase». Cuadro del artista aleman Gerard Ritcher

(Con este poema, La Letra Incómoda inaugura una nueva sección. (Con)Verso pretende llevarles un poco de lírica, sin compromisos, de vez en vez, cuando vayan tejiéndose los versos.  Espero lo disfruten con el mismo placer con que yo se los regalo.)

La mujer que fuiste y el hombre que seré

se sentarán algún día a conversar sobre las maromas del tiempo,

sobre las burlas del destino,

sobre cómo nos fue en los años posteriores al adiós.

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